lunes, 30 de abril de 2012


En las mañanas frías, en la Sierra del Segura, los Buitres permanecen posados al pié de los cantiles rocosos a la espera de que el sol caliente el aire que estas grandes aves necesitan para que las corrientes térmicas los eleven a gran altura sin necesidad de aletear. Le ley del mínimo esfuerzo para ahorrar energía. 


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